martes, 1 de febrero de 2011

CiSa No. 31

Quizás esta vida se haya convertido en una de esas cosas que no se quiere pero que no se desecha, por simple necesidad de aire, como cuando el cielo se parte en mil pedazos y estalla una tormenta de relámpagos arteros y no hay lugar para ocultarse de la luz y su impertinente sabor a manzana; o bien cuando cae la noche y los ojos se llenan de humo buscando acabarse de estrella en estrella, con la frialdad de la distancia y las manos solas y la ebriedad de angustia y miseria, en fin, esa misma vida-cosa que meticulosamente ensambla días a los días cual partícula de caos agigantando el caos de palabras y sensaciones tan extrañas como abejas indecisas por beber néctar o morir; La vida quizás sea únicamente la posibilidad de sentir el cansancio y la mentira, el improperio de voces; esta vida es como tener un virus permanente circulando los sistemas sin poderse aliviar.