viernes, 27 de agosto de 2010

Kraen No.5 (wait)

Martes color cebra,
morfosis neuropática
gritos silenciosos reptan la noche;
cristales suspendidos en el cielo de mi boca
debo romperme en ilusiones más pequeñas
saborear de nuevo mis cigarros
soñar y no soñarte como ahora,
pensar y no pensarte como ahora.

Martes con sabor a clorofila
tres disparos de alquitrán,
cerveza
y tu espíritu huyendo una vez mas
con la pequeña diferencia
que esta vez, no voy tras de ti…

domingo, 22 de agosto de 2010

Kraen No. 4 (cancion en silencio)

Al fondo del mar hay un desierto,
una absurda pesadilla de ojos grandes,
un silencio plano y elocuente;
una soledad cobarde,
cuatro estrellas descarnadas
y un candil borracho bailando en la penumbra

Bebo de la misma luz desde hace tiempo
deambulo en tus laberintos silenciosos,
extraño tu pelo.

jueves, 19 de agosto de 2010

Kraen No. 3 (asco)

Los tentáculos del cafetal me hablan
y en el mar holocaustico de sueños
siempre sobran las letras asquerosas de tu nombre,
cual insectos repugnantes,
desgarrando su mirada sucia
frente al reflejo roto de tu alma.

Hoy tengo la tristeza encendida,
los ojos lapidados a versos,
y las ganas muertas de risa.

Kraen No.2 (Fragmento imaginario)

Despierto a la hora que me dicta la ansiedad por un poco de nicotina efervescente, reconfortante. Ideal para despegar las alas del cemento o nublarme un poco más la visión legañosa de los días apilados. Entonces recuerdo que son solo un montón de retazos de tiempo amontonado en un rincón, el bagazo de una vida desvivida, con lluvia tibia de estrellas bajo las cuatro paredes revestidas de ausencia.
Desayunar carece de sentido, un café quizás sea suficiente para entablar una conversación conmigo mismo y poder reprocharme los desordenes del sueño, alimenticios y sexuales. En fin, ponerme un poco más sentimental de la cuenta, aun siendo un no-martes, aun sin escuchar Sigus Ros; casi siempre termino enfadado por vivir en esta famélica ciudad, donde cada paso que doy me conduce al mismo lugar, me lleva y me trae con una inercia visceral pseudo-asesina, autodestructiva; rozando el borde de la locura pero aparentando solapadamente, de ser algo que no soy. O en el peor de los casos, sentir algo que no siento. Y sucede que en realidad sigo amando un reflejo que tengo pegado en las pupilas como estampilla postal hacia el olvido. Un cigarrillo más y todo vuelve a la pasividad normal, o su equivalente de silencios. El diminuto reloj de mi nuevo artefacto multifacético, con pantalla táctil, reconocimiento de voz y navaja suiza incorporados, pero que aun así, no sirve para realizar llamadas; me advierte que ya casi es hora de salir y fumar otra vez. Caigo en la cuenta del daño que me causo pero haciendo caso omiso, salgo a buscarla una vez más. Me recuesto en la pared y abro los ojos en todas direcciones buscando un match con la silueta biométrica que almaceno en mi memoria. Respiro profundo y me deleito reconstruyendo su voz con algoritmos de última generación. Se me hace un poco complicado recordar exactamente a que saben sus besos, tengo los labios desgarrados de angustia. En mis oídos suena sin cesar la canción de la muerte, los lunes con veneno, los martes con veneno y el resto de la semana el menú se hace más variado: miércoles de tiro en la sien, sábado de ahorcamiento, atropellamiento, alcohol, cáncer, sida; cualquier estupidez para no pensar en vos. Como si no hubiera sido suficiente perder a la niña, ahora también tengo que darla por perdida. Y me refiero siempre a ella, bueno, hay momentos en los que es necesario definir exactamente a quien se extraña, para no caer en ambigüedades del idioma ni romper la cadena de la comunicación.


Debo decir que te extraño pero no puedo mencionar tu nombre, o todo se convierte en caos y lloro y grito y me muerdo la lengua para no seguirte nombrando, como ataque epiléptico, como infarto a las ideas. Maldita soledad, parece no apiadarse de nosotros los desamparados, los vencidos, los culpables. Regreso y vuelvo a trabajar, o por lo menos me siento frente al computador y reviso mis textos a la hora inadecuada, o veo fotos, o videos. Pero nada me aparta de tu idea pura y cristalina. El tiempo sigue huyendo del reloj, y dan las diez, las doce y nada ha cambiado. Ahora te extraño más. Y cada día que pasa crece aun más. Intento comer pero no puedo dejar de soñar despierto en todas las cosas que dejé de decir. O que dije de más. Refuto mis propias excusas patéticas tratando siempre de no perder la cordura. Pero debo ser honesto, existen días que no puedo. Me llevo la mano al rostro y seco mis ojos que descuidadamente han liberado una que otra lagrima perdida. Si pudieras verme – igual reirías en burla – sería mucho más amena esta espera. Empero tu risa me trae de vuelta a este hiperrealismo andrajoso y sucio, asqueroso y maloliente donde juego a pensar que pienso. Donde sustantivo los días por no caer.

lunes, 16 de agosto de 2010

Kraen No.1 (prohibición de sentimiento)

Dibujaba su silueta en mi memoria,
como tallandola en la parte oscura de mi alma,
en la parte más tortuosa,
para buscar alivio,
sanación
un respiro...

Pero tenía muertos los ojos,
muerta la estampa, el alma,
la ilusión...
muerto,
tan muerto que hasta su propia muerte
habia muerto en su piel...

Sanación,
un respiro...