martes, 9 de noviembre de 2010

No. 8658

Despierto;
clavo los pies en un mar de cristales amarillos;
recorro mis destierros;
cientos de aves enjauladas
susurran mi nombre;
florecen escamas en las rosas,
letras sombrías adornan las paredes de mi soledad;
un viento helado golpea mis ojos;

recorro mis destierros;
infértil esperanza en el paraje de mis manos,
siembro miedo en mis ideas
descompongo mi alma
una y otra vez
hasta vaciarme;
entonces despierto
y clavo los besos en el cadáver de tus besos
y vuelvo a dormir.

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