La luz aprisionará tus ojos en mi
boca y mi boca será de mar y de sirena. Serás una tormenta de peces y arañas
bajo la almohada. Serás el ruido atómico de un oscuro despertar. Con las manos transparentes
y los pies asesinos buscando el fuego eterno de la soledad.
Besémonos las fauces. Demos esta
guerra por perdida. Puedes volver a tu vida, yo, volveré a mi muerte.
Déjame apagar este momento, evaporar los besos en la piel mordaz de tus pupilas, tan solo el silencio te retiene. Tan sólo entonces habremos mutado a lo esencial.
Ronda mi mar y mi muerte, ronda
el vacío alrededor de la arena, ronda mi cielo ennegrecido, ronda mi tiempo de
boca de mar y de sirena, de ojos colgando en el cielo falso de un amor…
