martes, 12 de octubre de 2010

No. 7458

El frio se enreda en la dermis de poema que recubre tu lugar, tus lugares;
así el silencio va creciendo, dentro y fuera de mí,
aliviando a tragos amargos la distancia y el dolor,
envenenándome los ojos,
anestesiándome la muerte para salir en busca de la muerte…

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