Una mano que no es mía ha escrito la sentencia en la pared. Hoy pinto de gris el blanco y sobre el blanco pongo un arrumaco de piedras preciosas, de zafiros y diamantes. Desaprendí lo bello. Lo vacío lo fotografié. Luego quemé las fotos y me tragué las cenizas. Hoy he vuelto a desvariar.
Ooooohhhh y me quito nuevamente el sombrero huyendo en estas paginas como el conejo de alicia!
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